7 sept 2011

¿Esconderse?


No hay nada que esconder, entre el viento y los deseos no se guardan secretos. Cosas que no se pueden ocultar, que van al conocimiento de la noche, que por medio de las estrellas iluminan los rostros infames de aquellos que juegan amarse en el medio de la oscuridad. Estos testigos naturales están destinados a guardar silencio de esas historias de amor que suceden ante sus miradas inoportunas, más no por ello son estas demostraciones clandestinas del todo. 

No importa si es frente al mar o en la montaña, la brisa envuelve los cuerpos de los amados llevándolos por aquí, por allá, a la libertad infinita de descubrirse uno con otro en la búsqueda de lo desconocido, y por ende lo más deseado. 

El amor no espera, y se funde con el entorno haciendo el mejor de los escenarios para los que insisten en unirse. No hay palabras ni filosofías que puedan describir aquellos momentos donde se desborda la imaginación, y donde cada movimiento es un lenguaje implícito de sentimientos encontrados. Cuan dichoso es la tarde que con su ocaso puede presenciar todo esto, y que afortunada es la arena que sostiene las almas de los enamorados. 

Aquí no hay barreras, la ciudad permanece en silencio, y bajo un cielo despejado por la lluvia que ya ha llorado, queda todo un espacio dispuesto para los protagonistas de esta historia, su historia. No hay juicios ni comentarios malintencionados, hablamos de un mundo paralelo cuando todo calla y solo se escuchan los latidos del corazón. Me refiero a que ni el sonido de las campanas de la iglesia ni el cambio de los semáforos ni el ruido de los trenes ni a lo mejor los pasos de un transeúnte atrevido pueden detener la magia que se desata cuando dos enamorados deciden hacer del mundo su lugar para ser felices en sus propias miradas.

Obra de arte (extracto)


algún día seré una gran artista, captaré emociones, liberaré a las aves mágicas de los colores y el romanticismo, iré a un bar y cantaré una poesía bohemia a los extraños del lugar, seguiré haciendo mis labores con toga y birrete porque eso me hace feliz, pero detrás de cada expediente resuelto habrá una realidad que pintar, una melodía que componer, y una historia que relatar. Jamás olvidaré qué tengo en el alma, y si algún día dejare de creer en todo lo que esta tarde he declarado sobre matices, entonces no tendría sentido seguir materialmente existiendo o de seguro tendré otro pabellón de emociones más intensas que brindar. 

Aquellos aspectos sobre los cuales no pude demostrar en el papel por las limitaciones que tenemos los seres humanos, los dibujaré con formas y figuras que entienda, entonces les pondré el nombre o el sentido que quiera, y así podré crear, de lo abstracto a lo materialmente expresable, dejando un legado de que nada estático, todo se transforma, que crear es amar, y que no hay límites que nos detengan, y de creer que existen esos límites es porque no hemos conseguido la llave para abrir las puertas que se cierran tras sus barreras. Porque nuestra vida es una obra de arte donde somos los autores inspirados con los lápices, borradores, marcadores, colores de alguien mucho más artista que nosotros, y que en algún momento de nuestra vida le daremos las gracias cara a cara por haber puesto en nosotros el poder de ser los propulsores del mundo en que vivimos (…).”

23 may 2011

Huellas

Hoy las miro y parece que no ha pasado tanto tiempo, en realidad no ha pasado tanto, el mundo se detuvo cuando me puse a pensar en aquellas líneas que marcan experiencias de mi vida y en las otras verdes canales por las cuales han recorrido tantas emociones. Al verlas siento que he tocado el mundo, que ciertamente lo tengo en mis manos, estas manos, con cuyos dedos he podido palpar, tocar todo aquello que es importante para mí, pero también con los que he señalado a mi hermano.

No me extraña sentirme ahora culpable porque “hago el mal que no quiero y no hago el bien que quiero”. He construido y he destruido: cuando amé y cuando ignoré, cuando acaricié y cuando abofeteé, todo con estas manos con las que me dedico a relatar estas declaraciones que no son más que una respuesta a la condición viva en mi corazón de ser parte del mundo, de ser humana.

Hoy decido consolar, abrazar, tocar con amor todo lo que recorran estas manos, hoy decido edificar con ellas lo que alguna vez aplasté, pero que no puedo volver atrás y enmendarlo, entonces haré cosas nuevas, a pesar que de seguro derrumbaré otras más. Esta vez extiendo mis manos para recibirte, para que me recibas, mirarte a los ojos, sentir tu rostro y sonreírte porque eres parte de mí, de lo que soy, de mi vida, y por mi porque me sentiré mejor, seré libre.

Cuando mire al cielo me acogerán unas manos, las infinitas. 

Diarios de una Comunión

Más que una simple tradición, es un llamado divino. Al menos eso sentí. No puedo obviar que en principio no estaba convencida del todo de aquella decisión, pero ¿Quién soy yo para aprobar o desaprobar decisiones ajenas, incluyendo la de unos niños de diez años?, no era por llana voluntad, sino mas bien por la consciencia puesta en la misma. Desde arriba han querido demostrarme que no todo debe estar radicado en ella, sino establecido en el corazón, como en esta ocasión.

Ahora no recuerdo haber estado en otra más que en la mía, verdaderamente ni me hacia sentido ni la entendía muy bien. Pero años más tarde, comprendí que todo aquello era parte de un plan, entonces no me arrepiento en lo absoluto, sin embargo en esta ocasión, sentí algo diferente aunque no se tratase de mi, pero sí de alguien que conozco muy bien, más que todo la reflejo a ella, y con ello, entiendo que sus compañeros o la mayoría actúan de la misma forma.

Mucho antes de ese sábado de abril, usualmente la veía llegar de la escuela, de la librería, con infinitos libros, cuentos, historietas, libros de colorear relacionados con Jesús, Dios y el Espíritu Santo. Al principio me pareció un tanto normal: en nuestra casa tenemos fe (aunque no muy bien practicada), mi hermano y yo asistimos a un grupo de oración, su colegio es católico, etc. Pero con el tiempo realicé que era mucho más que una costumbre vana, la veía muy interesada en el tema: insistía para ir a misa, se preocupaba por hacer sus oraciones, decía que quería crecer para ir al grupo de oración conmigo, incluso me acompañó en varias oportunidades, llego a conseguir como 5 biblias, la veía leyéndolas y apuntando cosas en un cuaderno, si alguien cumplía años entre sus deseos se encontraban incluidas las bendiciones de Dios en la vida de esa persona, le quitó el puesto a mi abuela en las oraciones a la hora de la comida en las actividades familiares, se preocupaba cuando hacia algo mal y entendía que no era del agrado de Dios, etc. Todo aquello a una tempranísima edad, lo cual me causaba muchísima impresión.

Sin embargo, aun cuando todo lo anterior tenía escenario ante mis ojos, seguía con la duda de que dar aquel paso tan temprano pudiera ser lo correcto o que no se daría con firmeza. Jamás pretendí detenerla, pero en varias oportunidades le cuestionaba sus razones y siempre me respondía con cosas que no entendía, y que luego descubrí que eran parte de un llamado, de una sabiduría que siempre la ha caracterizado. Sé que es una niña inteligente, muy avanzada y madura, pero esto superaba cualquier entendimiento lógico. Estaba muy ansiosa de que llegara ese día, practicaba sus oraciones, recitaba las líneas de los feligreses adultos con frecuencia para aprenderlas, puso de patas arriba la casa para que le consiguieran su vestimenta y accesorios propicios de la actividad, insistía en la puntualidad de la entrega de los correspondientes documentos que crean la formalidad, lanzaba sus dudas e incógnitas en asuntos que no entendía esperando respuesta, en fin se le veía muy involucrada en todo aquello, hasta preocupada porque no le hicieron participe activa de las lecturas, salmos, peticiones, como algunos de sus compañeros que estuvieron en la logística de la misa.

No durmió nada la noche anterior, estaba ansiosa. Se levanto a las 2 de la mañana preguntando si se le hacía tarde, hubo que convencerla con cuatro relojes de que faltaban seis horas para el inicio de su actividad y lograse dormirse. Se levanto luego a las cuatro, a las cinco y a las seis y media estaba bañada y peinada. Desayunó rápido y a las siete y treinta estaba con todo instalado insistiendo para que los demás en la casa estuviésemos listos a tiempo. Al llegar a la iglesia nuestra madre orgullosa comienza a tirarle fotos con sus amigas y que si al lado de la estatua de Jesús y que María, y que si con la familia, y ella sola, lo cual tenía a la pequeña molesta e incómoda. No quería que le tomasen fotos, ella fue a algo especial, no a una alfombra roja (en ello se parece a mí). Durante toda la celebración los muchachos se portaron bien y repetían las líneas de los feligreses muy bien, pero al momento de la comunión, el que todos y todas esperaban las lágrimas no se hicieron esperar ante mis ojos: una presencia y un sentir de alegría estaba teniendo lugar en mi corazón. Sentí como los chiquillos recibían a Jesús cuando tomaban la ostia. En cada uno de ellos y ellas veía la obra maravillosa de Dios en forma de semilla en sus corazones, fue increíble. Dios sí que se manifiesta muy temprano, como no pasó conmigo o al menos no lo sentí.

Estoy orgullosa de que haya tomado esa decisión, mas estoy fascinada porque la obra de Dios es perfecta, es una nueva era en Su amor infinito. A lo mejor no lo entienda ahora, pero las acciones hablarán más que cualquier palabra que pueda expresar.