29 dic 2010

“Soy y seré”

“Los sueños son otro sinónimo del sentimiento del amor, amor por nuestros anhelos, amor por ser quienes queremos ser. Más que simples deseos apuntados en una lista, son esas conductas que llevamos a cabo todos los días, son latidos intensos de nuestro corazón.”

Dirijo mis palabras que se quedarán cortas, esas que definen el existir, las que el viento se lleva, en nombre de los sueños, aquellos que son el motor de nuestra vida, esos que nos hacen diferentes e iguales a la vez, pues, ¿quien en el mundo no tiene sueños? Los que dominan nuestro accionar no importa quienes seamos o de donde vengamos, desde el más pequeño al más grande del ser humano persigue incansablemente aquello que lo hará o que lo hace convertirse en la persona que anhela. 


Lo material puede ser despojado de nuestro lado, hasta el cuerpo puede ser limitado a un espacio, más nuestro pensamiento, las ideologías en las que creemos y aquello que nos mantiene vivo nadie puede sacarlo de nuestro corazón, es intocable, mutable, más no inalienable, únicamente puede ser tocado si se lo permitimos a los demás, pero solo de nosotros depende el hacerlo realidad o no, sin importar aquella condición en la que vivimos o esa cultura que muchas veces nos limita, la mente del hombre es del tamaño de Dios, y los sentimientos que llevamos dentro pueden tornarse tan fuertes que con tan sólo quererlo podemos lograr grandes cosas.

El sueño no se logra al llegar, sino paso a paso, en el camino, en el recorrido que hacemos para construir eso que nos motiva, y es en ellos donde reside nuestra felicidad, donde nuestra vida cobra sentido, en lo que depositamos nuestro esfuerzo, y en lo que esperamos con fé y esperanza. Poner nuestras metas como algo lejano nos llenará de infelicidad eterna, no podemos cambiar el pasado, pero podemos vivir un presente hermoso y construir un futuro que nos permita coexistir con la paz y la armonía, que nos gratifique. Hacer de hoy nuestro sueño nos mantendrá luchando y caminando sin detenernos, nos dará fuerzas para no dejar vencernos, y si caemos, tendremos la valentía suficiente para levantarnos y seguir abrazando nuestro alrededor más fuerte que nunca.

Convertir cada momento en nuestro sueño nos hará ver la vida de una forma más positiva que podremos tocar el mismo cielo, no con la punta de los dedos, sino con la mano completa, llegaríamos a entender tantas cosas, alcanzaríamos los limites más detallados del existir humano y nos someteríamos a una conexión con el mundo que nos hará grandes en mente, alma y corazón. Poner como objeto de nuestro presente las equivocaciones del pasado, no será más que convertir nuestra vida en una miserable y vacía competencia tratando de superar lo que ha pasado, lo que ya no es, desvirtuando así el fin ulterior de nuestros sueños, que caminan en el ahora y que construyen el mañana.

 “Los sueños no son más que nuestra realidad, lo que nos define.”

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