1 jul 2010

En tu cumpleaños..


Me enamoré de ti bajo las estrellas. Aquella noche era increíble, el cielo aunque oscuro, estaba más iluminado que nunca por los hermosos luceros estelares. Luego de haber salido un tiempo justo, ese fin de semana decidiste llevarme a tu casa en playa, pedí mi permiso en mi trabajo y emprendí el viaje, que luego se convertiría en la razón de mi gran amor hacia ti.

Estabas justo allí a mi lado, tocando lo que hoy sería nuestra canción de amor con tu guitarra, cantabas, sonreías al ver que me moría de amor por ti. Estabas hermoso aquella noche, así te recuerdo todos los días de mi vida: sentado en la playa con tus lindos rizos negros, tocando la guitarra y cantando suave y despacio de modo que solo mi corazón pudiera oírte. Me sentía como una niña sumergida en la esfera de tus encantos. Al concluir la canción, no pude esperar más y te besé con todas mis fuerzas, aunque no éramos tan jóvenes y cada uno tenía “su espacio” en pleno desarrollo de sus posibilidades, no quería esperar un momento más sin saber si querrías ser parte de mi vida desde ese momento para siempre. Y así fue, aunque fui yo realmente quien preguntó, siempre me echaste en cara que nunca dejé que tu sorpresa tomara cuerpo, pero que te sentías alagado por el hecho de que la mujer que tanto amabas te pidiera que fueras su novio. Ya éramos en ese entonces adultos, ¿qué importaba si lo decías tú o yo? nos amábamos con locura.

Las olas, el viento y el cielo tramaron contigo toda la noche o eso parecía. No había mejor noche para nosotros que aquella, it was meant to be. La arena estaba suave y tibia, cada vez nuestro beso era más intenso, el viento soplaba fuerte, era una brisa fresca, tan fresca como tus manos que bordeaban mi cuerpo completamente produciendo dulces caricias. No solamente nuestras lenguas se encontraron aquella noche, el calor que producía tu cuerpo era el mismo calor que producía mi cuerpo porque estaba entrelazado con el tuyo. Entre risas, caricias, besos, música, vino y felicidad me hiciste tuya en esa noche y para el resto de mis días.

Los años siguientes a tu lado fueron mi mayor inspiración. El destino nos deparó un bonito matrimonio que duró hasta mi muerte, que sabía yo mi amor, que el tiempo contigo iba a ser tan corto en relación al gran amor que nos teníamos. Nunca me desilusionaste, ciertamente siempre me hiciste feliz, obviamente tuvimos nuestras peleas y discusiones, pero compartir mis días contigo era una nueva experiencia cada momento que estaba junto a ti. Tu siempre me sorprendías, ese amor, me entregaste aquella noche cuando nos hicimos novios perduró hasta que  mi último aliento fue emitido por mi cuerpo, que sólo era tuyo. Los latidos de mi corazón pronunciaban tu nombre, aquel que tenía grabada la tierna mirada con la que siempre te dirigiste hacia mí.

Perdóname mi vida por no continuar contigo, perdóname mi cielo por no estar ahí para ti. He visto como mi partida te ha destrozado el corazón, pero quiero que sepas que todos los días duermo a tu lado, cada mañana te levanto con un beso en la frente, tal y como lo hacía antes de subir al estrado, aun te amo y no dejo de pensarte, y que me encuentro Aquí cuidándote y protegiendo cada uno de tus pasos. Dios ha visto el gran amor que te tengo y me ha permitido ser tu ángel. Sé muy bien que te hubiese encantado que compartiéramos cuando a los dos nos hubiese salido canas o que por lo menos hubiésemos tenido un hijo, pero mi vida así lo quiso Papa Dios.

Te encuentras tan radiante, aun tienes la oportunidad de volver a comenzar con alguien, tú te lo mereces. Mi corazón es tuyo, mis letras siempre fueron tuyas, te amo y te extraño como tú no te imaginas, pero deseo que seas feliz, deseo que empieces una nueva vida, siempre estaré contigo, yo no te abandono. Deja de llorar mi amor, porque en realidad no he ido. Contemplar nuestra  foto todas las noches no me devolverá hacia ti. No tengas miedo en enamorarte otra vez, sé muy bien lo que significó para ti nuestro amor, pues bien sabes que nada ni nadie va a poder cambiar lo que cada uno sentía por el otro. Sólo mira al cielo las noches muy estrelladas y piensa que cada estrella es un beso que te doy, ahí estaré yo mirándote.

Te escribo esto porque ya no quiero que sufras más y para desearte un feliz cumpleaños!

Te amo.


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