Desde el no. 7 de la calle Grenelle en París, Francia, Muriel Barbery, escritora y profesora de filosofía de origen francés nos relata la historia de Paloma Josse, Kakuro Ozu y Reneé Michel, (personajes taciturnos, misteriosos y solitarios) y todo lo que concierne a sus vidas bajo la consigna de su obra escrita en el 2006: “La Elegancia del Erizo”, luego llevada a la pantalla gigante en el 2009 bajo el nombre de: “L’ Herisson”, convirtiéndose así en uno de los filmes más controversiales del cine independiente francés por su desborde filosófico, artístico, misterioso y literario basado en las inspiraciones de la obra escrita. Cabe destacar que estas obras, la escrita y la fílmica, se parecen mucho a su autora, que es profesora de filosofía en Francia. Bajo este principio simple de la inducción podemos afirmar que las creaciones tienen impregnadas en su esencia la personalidad y deseos de su creador.
Esta magnífica obra literaria es inspiradora en su totalidad, considerada por muchos críticos como el “retrato idealizado de la Francia contemporánea.”(Manuel Yañez Murillo: Fotograma 2010), por sus pinceladas de orden político, filosófico y muy a la altura de la cultura francesa. Personalmente encuentro este texto como un descanso al alma. Desde siempre me ha impresionado la cultura francesa, aunque encuentro a sus habitantes un poco rancios, su idioma molesto y desagradable, todo lo que de ella se desprende es totalmente apreciado por mis sentidos, y cabe decir que esta obra tiene mucho de eso que me gusta, incluso hasta un toque desconocido: la fascinación de los protagonistas por los gustos japoneses, luego revividos por la llegada inesperada del Sr. Kakuro Ozu al edificio de Paloma Josse, niña de 12 años, muy inteligente y sabia, que intenta huir de los sufrimientos de la adultez por medio del suicidio cuando cumpla 13 años(ese es su secreto), y de la Sra. Reneé Michel, que no es más que la portera del edificio, pero realmente es alguien más.
Al encontrar en este libro los nombres de Kant y Marx se ha despertado en mi la mayor de las curiosidades, que me hace continuar sin cesar la lectura, me acomodo en mi mueble preferido y digo para mis adentros: “Bien Muriel Barbery, hit me with your best shot” y definitivamente lo ha hecho, ha tocado lo más profundo de mi alma, de mis conocimientos, de mis paradigmas como estudiante, como persona y como futura profesional. En esta obra encontramos reflexiones del curso de la vida y el fin de la existencia del ser humano, el efecto que tienen las personas en nosotros, la importancia de los amigos, deleite por la buena música, estragos filosóficos y políticos, psicología humana, arte y amor, degustaciones culinarias, en fin, el sentido que tienen cada uno de los pasos que damos en la vida, lo que hace de “La Elegancia del Erizo” un libro de consultas y una de mis obras favoritas.
Pero Muriel me ha comprado no con los dotes artísticos en todos los sentidos, sino con el personaje de la portera Reneé Michel. Reneé es la encarnación de la humildad vuelta ser humano, es la real consecuencia de su crianza, es una gran mujer, es un ejemplo viviente de que no necesitamos ser los más ricos ni los más apoderados para educarnos como es debido, para tener conocimientos amplios de todas las ramas de la ciencia. Reneé es una mujer de 54 años, es la portera del edificio no. 7 de la calle Grenelle, “fea, regordeta, bajita, viuda, con callos en los pies y con un aliento a león salvaje cuando se levanta por la mañana”, proviene de un pobre campo y de una pobre familia de las provincias más profundas de Francia. Cuando era niña no hablaba ni su familia tampoco, no tiene estudios, no universitarios, pero siente una gran pasión por la lectura, por la literatura y los textos filosóficos, es muy inteligente, pero debido a temores a ser herida y frustraciones causadas por las experiencias vividas a lo largo de su vida, lo culta bajo el disfraz de una tosca, pobre y simple portera que no sabe más que su oficio. Es una persona cortés, pero cortante, es una gran persona y es agradable, claro de su puerta hacia atrás, pues al salir al mundo se encoje en el papel de una simple empleada. Su mejor amiga es Manuela, ama de casa de uno de los propietarios de un apartamento en el edificio, los Pelliers, es portuguesa y todas las tardes visita a la Sra. Michel en compañía de una taza de té. Renée tiene un gato que se llama León, por León Tolstoi, además de su fascinación por la literatura, le encanta la música de Mozart y Eminem, sí, totalmente distantes. Le gusta el chocolate, le encanta. Es ella en conjunto con los escritos de Paloma lo que le dan vida al libro. Más adelante en el relato encuentra en Paloma a su alma gemela, es más, todo el que lee lo que ambas escriben, se da cuenta, pues tienen muy parecidas reflexiones, las mismas reflexiones, la diferencia es que uno se encuentra un poco descarado las confesiones de Paloma por ser tan sólo una niña de 12 años, pero la verdad es que esta jovencita se las trae; en Kakuro, la destrucción de su armadura, él se las compra todas, la entiende, la comprende, la quiere tal y como es, disfruta su compañía, la trata bien, pues realmente ve quien ella es, lo cual, en varias ocasiones rompe en llanto el corazón de la Sra. Michel, lo que ella misma llama “lluvia de verano”, que es ese calor que derrite el hielo en que ha mantenido su vida.
Es ella y nadie más, el centro del relato, pues es la mejor amiga de Manuela, la inspiración de Paloma, quien al final no decide suicidarse porque ha encontrado que en la vida existen cosas bellas por las que vale la pena vivir, y el profundo amor del Sr. Ozu, quien encuentra en Renée al sol de su vida.
¿En qué momento del libro me doy cuenta que la Sra. Michel es la musa de mi inspiración?, cuando Kakuro la invita a su casa por primera vez, luego de haberle regalado la edición especial de “Ana Karenina” de Tolstoi:
-¿Entre vecinos? Pero si soy la potera-
A lo que el Sr. Ozu responde:
-Es que es posible poseer dos cualidades a un tiempo.
Es de notar como se le ha derretido su corazón, su paradigma, como en ese preciso momento se ha encontrado al descubierto, como no puede fingir más. La amé en ese instante, es casi imposible poder describir la sensación que me causó, y en la película, verla y oírla pronunciar estas palabras es priceless.
Aplaudo sin cansancio y con nobleza la forma en la que Barbery cierra con broche de oro su libro. La muerte inesperada de la Sra. Renée Michel, le devuelve la vida a Paloma y a todos los del edificio. Pero por su mente, en su lecho de muerte estaban presentes: León, su gato, Paloma, su alma gemela, Lucien, su difunto esposo, Kakuro, su amor, su mejor amiga Manuela y sus amadas camelias que ella misma había sembrado y cultivado. Acojo las palabras de Paloma: “lo importante no es morir, sino lo que uno hace en el momento en que muere” y la Sra. Michel estaba dispuesta a amar, estaba en la disposición de ser ella misma, de descubrirse ante los demás, de compartir con alguien su vida, de romper esos esquemas en la que estuvo atrapada conscientemente por tantos años, a alejar esos temores de su vida, pero su destino fue otro: ser mártir del arte, de la literatura, de la cortesía, de la bondad, de la humildad y la sencillez, del amor, de la música(…). Por lo que sin duda alguna, la Sra. Renée Michel es un erizo MUY elegante.
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