16 jun 2014

Los versos nunca han sido lo mío...

LOS CÓMPLICES EN TRAMA

Vuelves y me miras, me miras cuando vuelves.
El paso tras tus huellas solo grita regreso.
Regreso esperado por mis ansias, aquellas producto del amor que se descubre en tus ojos.
Ojos que al cerrarse me dejaron entre abierta la puerta de la ilusión.
Ilusión que me mantiene viva y dispuesta a recibirte.

Al verte llegar, el pasado es solo memoria y el presente cobra valor, mientras el futuro queda en espera porque mi ahora es tu paso certero que te traen a mi encuentro, que se ahoga de momentos que solo a tu lado vivo.

De nuevo me pierdo en tus ojos que tu alma muestran, me llevan al infinito, ¡qué dulce encuentro!

En tus cabellos traes tus dudas, inseguridades en tus labios, pero atentos tus oídos que escuchan los latidos resonantes de mi corazón que te dan la bienvenida al pronunciar tu nombre.

Así te quiero hoy, siempre,
un paso más allá del amor,
en el punto exacto de nuestras respiraciones
sosegadas de alegría,
que hacen titubeante las caricias.

Despierto alborotada, son más de las diez. En el silencio de una mañana que nos descubre, a mi lado, en el silencio de tu sueño te observo dormir y en la tranquilidad de tu descanso merecido recuerdo lo vivido en la madrugada, la noche se hizo larga viéndote regresar.


La paz que emana de tu ser me llena de alegría. Abres los ojos y me capturas observando tu silencio. Te levantas con esa sonrisa que me libera, invitándome a volver a cerrar los pensamientos. Así vivo, así somos, cómplices.

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